Administradores de fincas: el papel esencial que juegan frente a los nuevos retos legales

En un contexto donde la normativa cambia a ritmo vertiginoso, el rol de los administradores de fincas es más importante que nunca. La gestión eficiente de una comunidad de vecinos ya no solo implica llevar cuentas o coordinar reparaciones: hoy exige conocimientos jurídicos, capacidad tecnológica y habilidades para mediar en conflictos. De ahí que los administradores de fincas estén llamados a ser figuras clave en la evolución del modelo de convivencia urbana.
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Reformas que exigen una gestión profesional
Una de las grandes novedades que impactará directamente en la actividad de las comunidades es la próxima reforma de la Ley de Propiedad Horizontal. Entre sus cambios más esperados están la digitalización de las juntas (permitiendo la asistencia telemática), nuevos criterios para el cómputo de votos y un refuerzo en los procesos de convocatoria. Esto obliga a los administradores de fincas a adaptarse con rapidez y a modernizar sus sistemas de trabajo.
Control sobre pisos turísticos
Otro de los grandes desafíos viene con la regulación de los pisos turísticos. Desde 2025, será imprescindible el consentimiento expreso de la comunidad para alquilar una vivienda con fines turísticos. Esto se traduce en que los propietarios necesitarán la aprobación de las tres quintas partes de los vecinos y de las cuotas de participación, lo que abre la puerta a más reuniones, asesoramiento y seguimiento por parte de los administradores de fincas.
Vehículos eléctricos: el futuro ya está aquí
Cada vez más propietarios están instalando puntos de recarga para coches eléctricos en los garajes comunitarios. Aunque la ley permite hacerlo sin autorización, la realidad es que las instalaciones pueden colapsar si no se planifican adecuadamente. Por eso, se recomienda que las comunidades desarrollen planes técnicos con el apoyo de sus administradores, aprobados también por mayoría cualificada.
Ascensores bajo nueva normativa
Desde julio de 2024, los ascensores deben cumplir requisitos más exigentes: sistemas de comunicación bidireccional, mejoras en seguridad y planes de mantenimiento específicos. Estos cambios afectan a miles de comunidades, y será responsabilidad directa de los administradores de fincas garantizar que se implementen correctamente, en coordinación con empresas de mantenimiento y técnicos autorizados.
Conciliación laboral y reuniones a horas imposibles
Una realidad que se vive día a día en el sector es la falta de conciliación. Las juntas suelen celebrarse a última hora de la tarde, muchas veces comenzando a las 20:00 y terminando bien entrada la noche. Tanto los administradores de fincas como los propios vecinos encuentran complicado compatibilizar estas reuniones con su vida personal y laboral. Desde los colegios profesionales se está promoviendo un cambio de horarios, así como el uso de locales municipales en franjas más accesibles.
Aumenta el acoso en comunidades
Un problema silencioso pero creciente es el acoso en comunidades, tanto a vecinos como a los propios administradores de fincas. Insultos, amenazas e incluso campañas de descrédito en redes sociales están generando un clima de tensión que, en algunos casos, puede ser considerado un delito de acoso, tal y como recoge el artículo 172 del Código Penal. Proteger a los profesionales del sector y sensibilizar a los vecinos es ya una prioridad para el buen funcionamiento de las comunidades.
Un futuro más complejo… y más profesional
La figura del administrador de fincas está dejando atrás la imagen tradicional del «gestor de papeles». Hoy, su papel es estratégico, legal, técnico y humano. Son el eje que permite que comunidades enteras funcionen, evolucionen y se adapten a los retos actuales. Por eso, en Afincalitas apostamos por una administración de fincas profesional, actualizada y cercana, que responda a las nuevas exigencias sin perder de vista lo esencial: la convivencia.